Ilumínala Señor.
Oh Señor! Ilumínala para que vea que soy digno de ella.
Porque mi amor hacía ella ha sido consistente en más de diez primaveras. Bendecido por Dios con tres cosechas hermosas.
Y crece en mi alma cada día, como trigo fresco en el agua
o como el polen en un jardín de rosas.
Tan puro y saludable como el aire yodado del mar,
superando las adversidades con Dios delante, en todo lugar.
Oh señor! Ilumínala, para este amor que siento poderle entregar.
Así podré volver a ver su mirada, como dos hermosos luceros brillar.
También sus tiernos brazos, volverán voluntariamente a mi cuerpo abrigar,
como las hogueras en invierno calientan cada hogar.
Y sus hermosos labios a los míos, de forma ardiente premiaran.
Oh Mi Reina! que hermoso es amarte, aunque por tu confusión,
Todo este amor no te pueda entregar.
Estoy seguro que Dios te iluminará,
Para que puedas ver que tu gran amor,
en tu cama esta, a tu lado, fiel a ti, en todo lugar.
Y con nuestros retoños, volver a la vida y disfrutar.
Autor: Elvio Gutiérrez Santana.
28/01/2008
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